Adoración eucarística y vida de todos los días.
¿Sabéis quién es el fundador de la Adoración Nocturna Española? No fue un clérigo, mucho menos un religioso, o alguien dado a la contemplación o atraído por el retiro y distante de las cosas del mundo.
Luis de Trelles y Noguerol, apasionado por el Santísimo Sacramento y fundador de la ANE, fue un hombre culto, inteligente y muy entregado a los demás, que ejerció diversas actividades en la sociedad de su tiempo. Nació en Lugo en 1819 y murió en Zamora en 1891después de una vida ejemplar. Residió un tiempo en la capital española, aunque mucho le toco viajar. Su proceso de beatificación está en curso.
Su vida transcurrió en medio de intensas labores en campos tan diversos como la jurisprudencia, la docencia, el periodismo, la política, la teología, las armas y la vida hogareña, en la que se destacó como eximio esposo y padre de familia. Una personalidad sencilla y rica, un hombre completo, un santo.
La sociedad contemporánea va logrando divorciar en la mente de las personas los ámbitos de las esferas temporal y espiritual, creando la ilusión de que el hábitat natural en que uno debe desempeñarse es siempre una esfera u otra, pero no las dos al mismo tiempo.
Según esta concepción estrábica, un buen católico puede subestimar sin problema la política, la cultura o la ciencia. La sacristía de su parroquia y los chismes del sacristán contarían más para él que los diversos areópagos donde se deciden los destinos del mundo. Y un hombre de mundo que se precie, un político, por ejemplo, tiene que saber de ideologías y de maquinaciones mucho más que de vida interior y de piedad. En las cosas del mundo la religión puede estar ausente y no pasa nada. Y en las de la religión, que no haya cuidado de los asuntos temporales.
Don Luis de Trelles y, con él, todos los que han asumido sus compromisos bautismales, nos enseña otra cosa: que tanto las apetencias del alma como las del cuerpo son exigentes y tienen que ser atendidas; que la fe debe ir unida necesariamente a la razón y no se chocan, y que cuánto más está presente en la vida la dimensión sobrenatural, más fecundas serán las labores en cualquier ámbito.
Es por eso que la adoración eucarística es la prenda del éxito en todos los asuntos, tanto en los de Dios como en los del Cesar. Más aún lo es la comunión sacramental en que, además de adorar al Señor, nos unimos intimísimamente con Él.
Luis de Trelles tuvo eso muy claro en su vida y lo vivió coherentemente. En cierta ocasión escribió “No puede haber ocupación mejor, ni que más bien responda a la vocación del cristiano, que el adorar a Cristo-Eucaristía”.
Recientemente, durante las Jornadas Mundiales de la Juventud en Madrid, llamó la atención un tiempo de adoración que hubo, en que más de un millón y medio de jóvenes estuvieron en silencio frente al Santísimo expuesto en Cuatro Vientos en la bellísima y célebre custodia toledana. Era un silencio de adoración que se diría imposible de lograr en esas circunstancias, un silencio cuán elocuente.
Ojalá que esos jóvenes sean consecuentes y no se olviden jamás de esos momentos, que los revivan en las diversas etapas de sus vidas. Ojalá también que cada adorador regular u ocasional, comprenda, ame y viva esta experiencia.
1 de octubre de 2011.- Sao Paulo, Brasil
P. Rafael Ibarguren EP